sábado, 28 de julio de 2012

RIGOBERTO URAN Y LA ETERNA MEDALLA DE PLATA

sábado, 28 de julio de 2012 0









A eso de las 9:30 de la mañana, se oía en mi casa expresiones de la talla de "Corra huevon que lo van a alcanzar" o "Hágale marica, pedalee con toda". Intrigado por la retahíla de ánimos me levante de mi cama en el momento preciso para ver como Rigoberto Uran, ciclista Colombiano que nos representa en Londres, le cedía el oro olímpico al Kazajo  Alexandre Vinokourov en un acto de ingenuidad al mas puro estilo chibcha 

Antes de que comiencen a lanzar tomates y abucheos déjenme decirles porque lo sucedido hoy no es ningún triunfo como nos han hecho creer, y por el contrario se adhiere a la larga lista de episodios que  sirven para demostrar que nuestra idiosincrasia esta aun lejos de cambiar, por desgracia 

Para los que vieron la carrera, o por lo menos su tramo final, no es un secreto que Rigoberto, literalmente mato al tigre y se asusto con el cuero. Si no, como se explica que llevando la delantera, y manteniendo una considerable distancia sobre su perseguidor, se le ocurra la magnifica idea de comenzar a mirar hacia atrás, no una ni dos, sino varias veces como si no le quedara claro que el realmente iba primero y que el resto le seguían los pasos. Y en ese cándido gesto de hacerle coquitos a su rival, Juazzz!!, el tipo que le perseguía aprovechó y le quito la victoria, así, de frente y sin agüero, como dicen los ñeros por acá en Bogotá. 

Con todo respeto, pero no se puede ser mas ingenuo en esta puta vida, no hay pa donde, o díganme ustedes cuando han visto que el Jamaiquino Ussain Bolt llegando a la meta le de por mirar a los lados a ver por donde le están cogiendo ventaja, o a Lionel Messi, sacándose a medio Real Madrid para llegar a la portería rival y mirar para atrás a ver en que cámara esta parado Cristiano Ronaldo, o en su momento, al mejor nadador del mundo, Ian Torphe, coronando la competición y sacando la cabeza del agua para ver si los otros atletas  jartarón mucha o poquita agua en el recorrido 

Ahora bien, yo no estoy desmeritando lo hecho por Uran ni mucho menos, de hecho, lo que ha conseguido este joven Antioqueño es de admirar, sobre todo para la dura historia de vida que lleva a sus espaldas, porque para los que no lo saben, Rigoberto fue otra de tantas victimas del interminable conflicto armado del país, el cual le arrebato a su padre y le obligo a hacerse cargo de su familia cuando aun era menor de edad. Sin embargo, debemos dejar de lado esto para hacer un juicio meramente deportivo y hay es donde debemos señalar que el error cometido por este joven pedalista fue de no creer y le privó a el, por encima del país y todo ese discurso patriótico, de coronarse una presea dorada en los Juegos Olímpicos, lo cual si hubiera sido un verdadero triunfo 

Incomodidad ante la victoria es el nombre que le da Martin de Francisco a este síndrome de segundiadas que nos va impedir chicaniar con un titulo alguna vez en nuestra historia. Le pasa a nuestra selección de fútbol ( claro que para ellos el no perder ya es de por si la gloria) a muchos de nuestros pesistas, ciclistas, tenistas, golfistas y un largo e.t.c. Y todo ello porque nuestros deportistas, y en general nosotros como sociedad,  no hemos podido configurar ese chip mental para ganar, y aun nos establecemos en la cómoda zona de "Uff casito ganamos, estuvimos así de cerca" que tanto daño nos ha hecho. 

Por otro lado, y mientras este señor hacia todo lo posible para dejar en alto su nombre, y el de su familia y amigos, quienes fueron los que siempre le apoyaron, este país de carroñeros oportunistas aprovecho para "felicitar" a Uran de un modo tan arribista como si gracias a ellos el joven se hubiese adjudico tal logro. Destacar los trinos de Alvaro Uribe y Juan Manuel Santos, dos personajes que pudieron haber hecho mas por este deportista poniéndole verdadero interés al fin del conflicto, pero que solo se dedican a trinar cuanta cosa les pueda generar mas aprecio de los ineptos votantes 

En conclusión, ni medio lleno ni medio vacío, el vaso esta igual, y seguirá así a menos que dejemos de celebrar segundos puestos como si fuesen la panacea y le demos la justa medida a los resultados de nuestros representantes en el exterior.

domingo, 22 de julio de 2012

POR FAVOR COLABOREME CON LA SALIDA

domingo, 22 de julio de 2012 0



Al igual que muchos otros capitalinos para mi también es necesario hacer un tedioso tour diario en Transmilenio. Y es tediosos por diversos factores como el tiempo de espera para poder tomar un bus, estrechez y pésimo diseño de dichos articulados, sobrepoblación de varias rutas, vendedores ambulantes en el servicio ( este es relativamente nuevo) y otro sinfín de razones que ya son mas conocidas que las pésimas columnas de la Azcarate. Pero indudablemente la peor parte consiste en abandonar ese tractor rojo que continua dañando las calles bogotanas. ¿Paradójico verdad?, por que después de mas de una hora confinado en ese mal  llamado "servicio de vida" lo mas obvio seria que uno quisiera abandonarlo para nunca mas volver 

Y es la peor parte porque una vez se abren  dichas compuertas comienza una batalla corta pero intensa por la supervivencia de esa poca dignidad que nos queda y por quizá alguna pertenencia de mediano valor . Si bien es cierto que la mala fama se la lleva el abordaje del vehículo, la salida, al igual que en un parto, es la etapa mas dolorosa y traumática de todo el proceso 

Porque amigos míos, el salir de un "trasmi" no consiste solo en abrirse paso en un ya de por si colapsado bus al que no le cabe un indio mas, sino que una vez los pórticos se abren nos chocamos de frente con una jauría de chusma sedienta de una silla a cualquier precio . Esos iguazos no se contentan con impedirle la salida a uno sino que además se empecinan en devolverlo al móvil y llevarlo a los inhóspitos territorios del acordeón , de donde salir solo es posible si se llega a algún portal en los extremos de la ciudad 

Al principio creí que lo mas obvio para evitar todos esos inconvenientes era sencillamente pedir perdones y permisos a cada paso que daba, pero rápido note que eso, lejos de servir, hacia mas infructuoso mi descenso debido a que muchos no oyen mis quejares por los audífonos a todo volumen y otros ni se percatan de mi presencia por  la adicción al blackberry que ni en el servicio publico los abandona 

Entonces opte por calcular tiempos, comenzar a abrirme paso un par de estaciones antes, cosa que en el momento de huir estuviera a escasos milímetros de las puertas. Pero extrañamente el periodo de este experimento coincidió con una inusual racha de irme sentado en dicho transporte y créanme que no iba a abandonar una silla desde la 26 para poder bajarme en la 72, quienes concurren transmilenio saben que eso seria una soberana idiotez, mayor aun que cederle el puesto a alguien de la tercera edad. Así que terminaba por mamarme todo el viaje de un extremo a otro con tal de no abandonar mi aposento. 
Así  las cosas, y desamparado ante la falta de método para combatir a las hordas de usuarios que se multiplican en cada una de las estaciones, decidí que si quería bajarme con hombría y tesón tenia que recurrir a medidas mas drásticas . Es por eso que ahora cuando se acerca el instante de la expulsión de pasajeros le cedo mi reproductor de música a Slayer, Destruction o Grave Digger y me imagino que estoy en un pogo de esos de Rock al Parque, con chucha y marihuana a bordo. La música ayuda mucho señores, porque ya no veo a la viejita con dos paquetes como una cándida señora sino como  a una Punketa con dos garrafas de vino y a los niños los miro como si fueran esos tipicos metaleros enanos que abundan en los bares de rock de  "Cuadrapicha". Es ahí donde comienza mi desquite con esta sociedad que tanto me ha enseñado, con empujones y pisotones les retribuyo mi amor, manotadas y codazos van y vienen, mis brazos se bambolean al ritmo de los riffs de Mustaine o Kerry King y a eso le adhiero la siempre efectiva cara de pocos amigos para que no me digan nada. A veces acompaño todo esto con el típico " Dejen bajar gonorreas" con el cual me aseguro en ciertas ocasiones la aparición de un túnel entre la muchedumbre que me conduce a la libertad. 

Por momentos no falta el guaimaron de 3 metros que no se quiere correr, pero pues a esos ni los miro como buen Colombiano que soy. Simplemente busco un punto mas débil por el cual pasar, como un estudiante de colegio o una señora embarazada a la cual no le han querido ceder la silla y me meto por allí haciendo uso de mi muy patriótico oportunismo 

En ocasiones aparece también el señor o la señora que rebuzna ese  clásico "Uishh pero que, ¿no cabe?", o el aun mas tradicional "Jummm, por eso este país esta como esta" pero yo no les hago caso sencillamente porque los que me dicen eso son los mismos que llegan todas las noches a ver Protagonistas de Nuestra Tele y que en época electoral votaron por Santos 

Los resultados no han podido ser mas favorables. La sensación de borrarle la tonta sonrisa a otros ciudadanos de mi misma calaña es casi tan placentera como trollear a Uribe por Twitter. Ahora  mis pertenencias pasan intactas por ese escáner de carne chibcha, he podido practicar algunos movimientos de Taek-Wondo que tenia olvidados desde mi niñez y también me he dado el lujo de pisotear a varios de esos BlackBerry-adictos, claro que como esos ineptos parecen zombies mientras la pantalla del aparatico este prendida pues ni siquiera se inmutan. Definitivamente todos salimos ganando 

Estoy tan contento con los frutos de este proyecto que en vista de que también soy usuario de Alimentador ya estoy pensando en incorporar nuevos movimientos a mi táctica de escape. Como la salida en este tipo de vehículos se da a través de la bajada de unos escalones creo que unas patadas al estilo Polka Ruso o algún barriobajero escupitajo descendente vendrían mas que indicados a este arte que he perfeccionado. Cada vez que me lo imagino  una sonrisa se dibuja en mi cara y me acuerdo de ese capitulo de Los Simpson en que Bart le decía a Lisa, " voy a salir dando patadas, y si te pego será tu culpa" porque claro, a pesar de lo feo que suena es necesario que yo le eche la culpa a los demás. A final de cuentas no estoy haciendo otra cosa que vivir bajo uno de nuestros adagios mas populares. Ese que dice "Por favor colabóreme con la salida" 

 
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